Una breve explicación sobre la tecnología CRISPR y sus posibles aplicaciones
Una de las tecnologías más recientes que ha llamado la atención de la comunidad científica es la edición genética mediante el aprovechamiento de las repeticiones palindrómicas cortas agrupadas regularmente espaciadas (CRISPR por sus siglas en inglés). Dichas secuencias son partes de nuestro ADN a los cuales se puede unir una enzima que puede editar, reparar o incluso añadir segmentos de ADN. Las posibilidades que esto trae son varias, destacando la posibilidad de curar enfermedades genéticas antes intratables, la mejora de los cultivos y la prevención de enfermedades infecciosas.
La tecnología, cuyo nombre fue acuñado por científicos holandeses, fue descubierta como una propiedad de las bacterias, que utilizan para defenderse de los virus que intentan infectarlas. Lo que sucede es que en lo general, los virus infectan una bacteria y para evitar ser detectados por los sistemas de defensa de las bacterias, están preparados para incluir su propio genoma en el de la bacteria que los alberga. De esta forma, permanecen latentes u ocultos, hasta que las condiciones son apropiadas para duplicarse y asegurar su supervivencia. El descubrimiento como tal fue que en las secuencias CRISPR se encontraba ADN viral presuntamente almacenado en el ADN de la bacteria para conferirle inmunidad al virus en cuestión. Esto, aparte de revolucionar la idea de los mecanismos de defensa que tienen las bacterias, nos introdujo a la serie de herramientas que usan las bacterias para asegurar la inserción de una secuencia de ADN de un organismo en la de otro.
La tecnología CRISPR, cuyo nombre fue acuñado por científicos holandeses, fue descubierta como una propiedad de las bacterias,
que utilizan para defenderse de los virus que intentan infectarlas.
Así, con estas “tijeras moleculares de precisión”, se pueden buscar ciertas secuencias dentro del ADN de un organismo, y entre ellas, insertar, eliminar, o editar el genoma para un sinfín de aplicaciones. Desde 2016, la Universidad de Pennsylvania ya realiza pruebas en humanos para el tratamiento del cáncer, usando esta tecnología. Si bien los resultados aún no son tan precisos, es sólo cuestión de tiempo que empecemos a encontrar tratamientos aprobados de edición genética, como antes sólo se veía en las películas de ciencia ficción.