México ocupa el primer lugar en situaciones de abuso con 5.4 millones de casos por año.
Los padres y madres con frecuencia tienen dificultad para hablar de los abusos sexuales porque:
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1.- Piensan que sólo pasa y pasará a los hijos de los demás
2.- Esperan que otros hablen del tema a sus hijos.
A veces, pensamos que este tipo de abusos en la infancia, son poco frecuentes, que los agresores pueden ser cualquiera, menos un familiar o un conocido, pensamos que los niños mienten o juegan con el tema, creemos que solo sucede en situaciones de marginación.
Pero no, eso no es cierto. Los abusos sexuales infantiles son una realidad, independientemente que queramos o no reconocerlo. Hablamos de abuso infantil cuando una persona adulta utiliza a un menor para estimularse de manera sexual a él mismo, al niño o a otra persona.
Una situación de abuso no va acompañado necesariamente de violencia física, sino todo lo contrario la mayoría de veces las amenazas del agresor consiguen que el niño acepte y guarde silencio.
Cualquier niño o niña de cualquier edad y de cualquier clase social, puede ser víctima y los abusadores pueden ser desconocidos pero en la mayoría de los casos son personas muy cercanas, aparentemente normales, pero con dificultades para controlar sus impulsos.
Estas situaciones se pueden prevenir, pues la información del tema debe formar parte de la formación básica que los adultos dan a los niños y adolescentes sobre su seguridad. Un niño bien informado, con el apoyo de los suyos y capaz de encontrar soluciones a situaciones imprevistas con serenidad, tiene menos posibilidades de ser víctima de abusos sexuales.
Se trata por tanto de dar protección para reducir posibilidades de abuso, proporcionar información y brindar confianza para hablar si se encuentran es una situación de riesgo.