A 10 años de la partida de Carlos Monsiváis recordamos al emblemático autor capitalino como uno de los paradigmas culturales e intelectuales de México.
A una década de la partida del escritor, ensayista, periodista e intelectual mexicano Carlos Monsiváis Aceves (1938-2010), recordamos en Beyond Line Magazine al emblemático autor de Los rituales del caos (1995) quien cultivó el arte de retratar, por medio de la palabra, los sucesos cotidianos urbanos a través de sus crónicas, en las que comentaba desde la diversión nocturna en una cantina hasta la organización de la sociedad civil.
Las crónicas de Monsiváis hablaban desde la diversión nocturna en una cantina, hasta la organización de la sociedad civil”
“Luego luego se vió la inclinación de Monsiváis hacia todo lo que es la cultura popular Mexicana. Si alguien la entronizó y la hizo parte de la llamada ‘gran cultura’, ese fue Carlos Monsiváis. Es una aportación extraordinaria”, aseguró en entrevista telefónica la periodista, escritora y ensayista Elena Poniatowska sobre las contribuciones del autor capitalino.
Poniatowska y Monsiváis
Sobre el origen de su lazo de amistad, Elena Poniatowska evocó a su amigo al relatar que lo conoció en 1954 o 1955.”Recuerdo que José Emilio Pacheco y él siempre estaba juntos. Los veía por el rumbo de los periódicos, por la Avenida Juárez. Monsiváis tenía el cabello negro, más o menos chino, sonreía y tenía unos enormes anteojos de intelectual. Nos empezamos a hacer amigos los tres y finalmente acabamos trabajando mucho juntos en el suplemento de México en la Cultura”, comentó.
Historia periodística
Es reconocido en el campo del periodismo, el medio intelectual y literario por abordar con ironía y particular sentido de la crítica al igual los temas de alta cultura como los de la cultura popular, los movimientos políticos y sociales, el cine, los espectáculos, el fútbol y hasta a los grandes personajes históricos o de los medios de comunicación.
Dominó todos los géneros periodísticos y literarios con gran pasión: desde la nota informativa hasta el artículo de opinión, pasando por la entrevista, el reportaje de gran alcance, el ensayo, la crítica y, en especial, la crónica, entrecruzada con otros géneros.
Carlos y Adolfo Castañón
Por su parte, el poeta, narrador y ensayista Adolfo Castañón consideró importante destacar el otro lado de Carlos Monsiváis, el del sentido profundamente ético. “Ese aspecto lo hace a mi parecer una de las figuras emblemáticas de la cultura mexicana del siglo XX de principios del XXI, porque Monsiváis trató de ser capaz de decir o expresar “nada mexicano me es ajeno”. Lo que quiero decir es que Monsiváis era capaz de hablar igual con las personas más adineradas del país, empresarios, figuras del cine y al mismo tiempo que con personajes marginados, como enfermos de sida o con las personas que no tenían ninguna relación con la cultura. Esto se vio muy claramente cuando falleció hace 10 años.
Monsiváis expresaba “nada mexicano me es ajeno”. Es decir que podía hablar con las personas más adineradas del país, empresarios, figuras del cine y al mismo tiempo que con personajes marginados o sin ninguna relación a la cultura. Adolfo Castañón
“Me dí cuenta de la enorme amplitud de Carlos Monsiváis. Era un hombre plaza y eje por donde convergen todos los caminos y en ese sentido diría que la lección de Monsiváis es humana. Eso hace de él un estandarte de la pluralidad, concordia y de la capacidad de comprensión”, agregó Castañón.
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La perspectiva de Braulio Peralta hacia Monsiváis
Fue a través de la crónica que Monsiváis entabló una relación muy especial con un tema en específico: la Ciudad de México, de la que recogió sus múltiples voces con una mirada severa, crítica, mordaz y contundente, pero a la vez generosa, amorosa, desenfadada y divertida.
Además de libros y revistas, el ensayista también se sentía atraído por otras actividades de la vida, como actuar en algunas películas (Los Caifanes y En este pueblo no hay ladrones), pero sobre todo por las historietas de Gabriel Vargas.
Sobre la variedad y multiplicidad de rostros que Carlos Monsiváis abordó en su obra, el escritor, periodista veracruzano y autor del El clóset de cristal (2016) Braulio Peralta aseguró que “la diversidad en Monsiváis era inusitada. “Su compromiso con las causas sociales y la diversidad de género en todo su espectro se ve plasmada a través de sus libros. Nos mostró los muchos Méxicos, el sinnúmero de rostros que lo conforman. Las clases sociales, los arriba, los de abajo y los de en medio, y él como núcleo nos mostró estos aspectos. En estos tiempos pandémicos hace falta su erudición y su crónica”
Su plural y extensa obra
En los territorios del periodismo, Monsiváis legó a la literatura mexicana Días de guardar (1970); Amor perdido (1977); A la mitad del túnel (1983); Entrada libre. Crónicas de la sociedad que se organiza (1987); Los mil y un velorios (1994); Los rituales del caos (1995); No sin nosotros. Los días del terremoto 1985-2005 (2005) y El Centro Histórico de la Ciudad de México (2006), entre muchos otros.
En 2008, el INBAL rindió homenaje al escritor otorgándole la Medalla de Oro de Bellas Artes por sus invaluables contribuciones a la literatura mexicana, acto que se enmarcó en su cumpleaños número 70.
También recibió el Premio Nacional de Periodismo, en crónica (1977); el Premio Jorge Cuesta 1986; el Premio Manuel Buendía 1988; el Premio Mazatlán de Literatura 1988; el Premio Xavier Villaurrutia 1995; la Orden Gabriela Mistral 2001, otorgada por el Gobierno de Chile; la Medalla al Mérito 2003, que le dio la Universidad Veracruzana, y el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2005, en la rama de Literatura.
A diez años de su fallecimiento, Carlos Monsiváis sigue siendo un personaje inabarcable, de quien aún hay mucho que descubrir y conocer, aprender y valorar. Su vocación por las letras, el periodismo, la cultura popular y la reflexión acerca de los temas urgentes del país, se extrañan por ser una voz crítica imprescindible.