El nuevo restaurante de la cadena Sake Sushi Bar llega a Interlomas, con el mismo concepto rodeado de buen gusto y tradición Japonesa.
Desde que entras a Sake Sushi Bar comienza la experiencia, ya que una enorme barra de madera de diecisiete metros de longitud ocupa la mitad del espacio y otra central que está rodeada de mesas, al ingresar chefs vestidos de negro te sonríen y dan la bienvenida de una manera muy cortés. Como primer paso colocan un plato frente a ti, con jengibre y wasabi, elementos que ayudarán a limpiar tu paladar entre cada bocado que realices, para así disfrutar cada uno de ellos con su sabor más natural.
De igual forma es de suma importancia en restaurantes que conservan el estilo tradicional Japonés, tener al chef frente a ti preparando los alimentos, debido a que en cualquier comedor de origen Nipón es una muestra de frescura y calidad en los ingredientes, tópico que aumenta la plusvalía del sitio.
En el caso de Sake Sushi Bar hay dos opciones de consumo: la carta y el omakase (tamaño hikari para dos personas u odori individual), este último es la opción que a mi parecer vale más la pena, porque te permite probar diversas piezas como nigiris, sashimi, handrolls y tempuras, que seguramente serán del agrado, hasta del paladar más sofisticado. En el omakase que me tocó degustar, empecé con una ensalada de alga sumamente fresca e interesante, seguido de un sashimi de salmón, huachinango y lubina, montado de lo más lindo.
Posteriormente desfilaron los nigiris, dónde destacaron el chutoro (parte media del atún aleta azul), el de anguila, totoaba (de cultivo) y el handroll de soft shell crab, una verdadera delicia y todo preparado frente a ti, con una precisión y empeño que se reflejan en cada bocado.