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Cirugía robótica, confiando nuestras vidas a los robots

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Brain Fruit, Número 3, Testnologic

Cirugía robótica, confiando nuestras vidas a los robots

Una revisión del estatus actual de la cirugía robótica en el mundo. 

En marzo de 1942, el escritor americano de ciencia ficción Isaac Asimov escribió una serie de historias breves que llamó Roundaround. En ella, mencionó por primera vez sus famosas 3 leyes de la robótica. La primera de éstas “un robot no hará daño a un ser humano” ha sido aplicada cada vez más por la industria de los dispositivos médicos. Y esto porque, en los últimos años, hemos confiado cada vez más nuestra salud en robots e inteligencias artificiales. 

El sistema DaVinci de Intuitive Surgical es sin duda el más utilizado en el mundo. Aprobado en EE. UU. desde el año 2000, es un sistema de cirugía mínima invasiva, es decir, cirugías donde las incisiones son menores, reduciendo así el riesgo de sangrado, infecciones y en general una recuperación más rápida. Consiste en 3 módulos: la consola del cirujano, que es donde el profesional de la salud se sienta y controla los instrumentos y brazos robóticos; el carro del paciente que se posiciona junto al paciente, y que es donde se encuentra la cámara y los brazos que controla el cirujano; y el carro de visión, que es el dónde el doctor ve, a través de la cámara o de reconstrucciones en 3D del paciente, cómo sucede la cirugía. 

Sin duda alguna, la cirugía robótica forma parte central del futuro del cuidado de la salud humana. Los grandes de la salud han prestado atención a esta tecnología como Johnson & Johnson en cirugía cardiaca.

Inicialmente, se pensó en este sistema como una alternativa para procedimientos donde la dificultad manual del cirujano era demasiado elevada. Con el paso del tiempo desde su lanzamiento, y conforme la FDA lo ha aprobado, se ha extendido su uso a una gran cantidad de procedimientos quirúrgicos, tanto en mayor complejidad, como en funciones que pueden realizar las máquinas. Sin embargo, en años recientes ha incrementado considerablemente la cantidad de procedimientos que, sin requerir necesariamente el uso de esta tecnología, son realizados con asistencia del robot. Varios hospitales en el mundo incluso lo utilizan como un si fuera un sello de calidad o de un estatus superior, no como una herramienta quirúrgica para casos específicos. 

En 2018, Netflix auspició el documental “The Bleeding Edge”, traducido en Hispanoamérica como “Salud a la venta”. En él, expone entre otros tantos, que el entrenamiento necesario para que un cirujano empiece a usar el robot en el quirófano es demasiado poco, reportando que puede ser tan bajo como 10 procedimientos para empezar a operar. Como con cualquier nueva tecnología, el entrenamiento inicial es un reto, pero es innegable que los conocimientos en cirugía robótica cada vez son más importantes en la educación del médico. Universidades como la Universidad de Michigan, la UCLA, o la propia Clínica Mayo, ya ofrecen programas especializados en formar cirujanos robóticos. 

El sistema DaVinci de Intuitive Surgical es el más utilizado en el mundo.

Sin duda alguna, la cirugía robótica forma parte central del futuro del cuidado de la salud humana. Los grandes de la salud han prestado atención a esta tecnología como Johnson & Johnson en cirugía cardiaca, Stryker en reemplazo articular, Smith & Nephew para cirugía de rodilla o Mazor y Zimmer Biomet para cirugía espinal y cerebral. 

En conclusión, aunque la cirugía robótica es menos riesgosa en ciertos casos, existe un gran vacío de información sobre su relación costo-beneficio sobre la cirugía tradicional, sobre todo para procedimientos sencillos. El profesional de la salud, al menos el que se comporte de manera ética, deberá sopesar y evaluar qué es mejor para cada caso y cada paciente.

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