Nuestros mares están en crisis. Entre la sobrepesca, la contaminación y el cambio climático muchas especies están en peligro de desaparecer.
Si me preguntaras qué pescado es mejor comer te diría ninguno, que es mejor no consumirlo a menos de que lo pesques tú. A pesar de esto tengo que ser realista y entender que la mayoría de la gente no va a dejar de comer pescado, es por eso que en este artículo les voy a explicar acerca del consumo responsable del pescado.
Comenzaremos con algo simple; cuando vas a un restaurante y pides un filete de pescado ¿Sabes qué especie es? ¿De donde viene? ¿Cómo se pescó? Lo mas probable es que las respuestas sean no. La primera pregunta es muy importante porque hay especies que son vendidas en restaurantes y están en peligro de extinción. Esto significa que la pesquería de dicha especie rebasó el límite máximo de explotación sostenible y si continúa así ese animal va a desaparecer del planeta. La segunda pregunta también es relevante porque en el mundo hay diferentes poblaciones de una misma especie, y puede que una población se encuentre estable y la otra esté en declive, por ejemplo, el salmón salvaje del Atlántico debe ser evitado, pero si quieres consumir salmón la mejor opción es el salmón del Pacífico certificado por MSC o Alaska RFM.
Me atrevo a decir que la tercera pregunta es la más valiosa en especies que no están al borde de la extinción, ya que con el tipo de pesca puedes discriminar dos cosas importantes: 1) Qué tan masiva es la pesca: la pesca industrial ha supuesto que más del 75% de los stocks pesqueros estén totalmente explotados, sobreexplotados o agotados. Si vives cerca de la costa intenta comprar con pescadores locales y artesanales. Si vives en una ciudad asegúrate que tu pescado sea certificado proveniente de pesquerías sostenibles. 2) Qué tan selectivo es. La pesca incidental es un hecho en las pesquerías. Por ejemplo, la pesca de arrastre consiste en una red lastrada que puede medir varios kilómetros de distancia y barre el fondo del mar, llevándose consigo todo lo que le pase por delante. Este tipo de pesca se utiliza en la pesca industrial de camarón, donde la FAO (1997) estima que se pueden llegar a pescar 20 kilos de pesca incidental por cada kilo obtenido de camarón.
Esta pesca incidental incluye especies no objetivo como delfines, tortugas, tiburones, ballenas, aves y peces juveniles que mueren en el proceso y son desechados al mar. La pesca de arrastre no se utiliza solo para camarón sino también para peces de fondo como el bacalao, la merluza o el cazón. Aunque también se utiliza para especies pelágicas e invertebrados como cangrejos.
En México, la mejor guía de consumo de peces y mariscos que yo conozco es la guía de peces comestibles de la CONABIO (https://www.biodiversidad.gob.mx/usos/alimentacion/peces/index.php/peces/resultado).
Esta guía interactiva utiliza un semáforo para cada especie. Las especies catalogadas en color rojo son las que recomiendan evitar y las verdes son las aceptables. Los criterios que utilizan para catalogar a los peces son: La huella ecológica, el estado de las poblaciones (si están en deterioro, con potencial de desarrollo o en el máximo aprovechamiento permisible), el estado de conservación de las especies, las vedas y el tipo de pesca. Lo que me gusta de esta guía es que puedes buscar la especie por zona. Por ejemplo, si vas a un restaurante y te dicen que el pescado es pargo mulato y viene de Quintana Roo, en la guía dice que es recomendable, pero si fuera el mismo pescado de Tabasco es poco recomendable consumirlo. En general los tiburones (cazón), rayas, meros, camarones, atunes y algunos pargos no son recomendables.
“Espero que este artículo te sirva para tomar buenas decisiones al comer pescado y mariscos, y poco a poco vayamos transformando juntos el mundo con las decisiones que tomamos cada día.”
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