Introducción a los materiales inteligentes y sus aplicaciones
Uno de los indicativos de la inteligencia de un ser es su capacidad para adaptarse a un medio y responder a los estímulos de manera que se asegure su supervivencia. Aunque los materiales creados por el hombre son inertes, no significa que no tengan capacidad de adaptarse, ni mucho menos de responder ante estímulos. Dichos materiales, llamados inteligentes, pueden responder, adaptarse, y volver a su estado original, dependiendo de las circunstancias en las que se encuentren.
Como la mayoría de los inventos humanos, la inspiración de sustancias que se adaptan proviene de la naturaleza. La curiosidad científica a través de la observación, ha permitido encontrarnos con verdaderas innovaciones de la evolución, que hemos convertido en tecnología para poder aplicarlas en la vida diaria. Uno de los ejemplos más conocidos a este respecto es el Velcro®. Desarrollado en la década de los cuarenta por el científico suizo George de Mestral, quien después de un viaje de cacería, notó que algunas semillas de una planta se habían adherido a su ropa. Como buen ingeniero, descubrió que el entramado exterior de las semillas les permitía fijarse a superficies afelpadas. Las semillas, a lo largo de los años habían desarrollado esa técnica para unirse al pelaje de animales, y ser esparcidas para asegurar su supervivencia. De Mestral imitó este material, desarrollando uno de los inventos más conocidos, y aún utilizados del siglo XX. Esta estrategia, llamada biomimetismo, es sin duda la mayor fuente de inspiración para las soluciones tecnológicas de materiales que vemos en nuestro día a día.
Uno de los ejemplos más conocidos a este respecto es el Velcro®. Desarrollado en la década de los cuarenta por el científico suizo George de Mestral
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Los ingenieros y científicos del mundo se han esforzado para entender y dominar el arte del biomimetismo. Celdas solares inspiradas por el mecanismo de la fotosíntesis, fibras delgadas y súper resistentes como la seda de una araña, radares de alta frecuencia basados en la ecolocalización de los murciélagos, en fin, una lista interminable de invenciones que, gracias a la sabiduría de la naturaleza, han mejorado nuestra vida en incontables formas.
Indudablemente, la parte más excitante de los materiales inteligentes es la que está por venir. Se están desarrollando prótesis en 3D que, a pesar de ser deformadas, retornan a su forma original al someterse a un estímulo, siendo así adaptables al paciente en lugar de a la inversa. En el aprovechamiento de energía solar, se usan materiales inteligentes que detectan la posición del sol, para asegurar la mayor obtención de energía. La industria aeroespacial está creando alas de aviones que, dependiendo de la resistencia que presenta el aire, cambian su geometría para vencer dicha resistencia, y asegurar un mejor aprovechamiento del impulso. Si bien todo este avance tecnológico es prometedor, sigue siendo un recordatorio del cuidado que debemos dar a la naturaleza, ya que, en nuestro egoísmo, no sabemos qué potenciales innovaciones estamos destruyendo.