Una reflexión sobre lo que la pandemia ha traído en tópicos sociales, ambientales y humanos.
¡Vaya que el 2020 sí que ha traído cosas nuevas!
La vida nos ha cambiado. De un día para otro, hemos tenido que aprender y adaptarnos a nuevas situaciones que se volvieron nuestro día a día. Todo para sobrevivir.
Somos millennials, nunca nos había tocado ser parte de una situación mundial tan compleja como la que estamos viviendo ahora. Y es duro. Pero como somos personas muy afortunadas por tener salud, un hogar, alimento, a nuestras familias sanas y un trabajo; creemos que es muy importante verle el lado positivo a la situación; ya como todos vemos a diario, el lado difícil se lo vemos todos con mucha facilidad.
En repetidas ocasiones desde que estamos en cuarentena obligatoria, (aquí, en Medellín, Colombia desde el 16 de marzo) nos repetimos una y otra vez lo agradecidos que estamos con el universo, por seguir sanos. Además, queremos resaltar 3 hechos positivos que han surgido (desde nuestra perspectiva) de esta situación tan difícil para la humanidad.
1.- La naturaleza nos habla en verde y azul. Han aparecido cientos de noticias que hablan de cómo los animales se toman el que es su territorio, como en pequeños grupos, recorren las calles desoladas de algunas ciudades, en total paz y tranquilidad. Los canales de muchas ciudades cristalinos. Como los delfines inundan las bahías que por años no podían ni ver desde lejos, como juegan libremente sin barcos ni personas que les perturben el rato. Cómo la capa de ozono se recupera rápidamente del daño que por años le hemos causado, y cómo el aire se despeja al no tenernos día a día contaminándolo.
¡La plaga somos nosotros, y tenemos que parar ya!
Creemos que la situación del planeta no es problema de nosotros, y si bien, las generaciones que nos antecedieron son las principales responsables del daño tan grande que tiene el planeta ahora; nosotros no podemos hacernos los de la vista gorda, porque este es nuestro hogar, y tenemos que cuidarlo, respetarlo y amarlo como tal.
Así que esperamos que cuando todo esto haya pasado, seamos una generación más consciente del cuidado y la importancia de preservar la naturaleza. Que no contaminar, reciclar, reutilizar, y generar menos desechos sea más importante en nuestra vida.
2.- Lecciones de humildad. La vida nos ha enseñado que las cosas no siempre salen como queremos, que no siempre podemos obtener lo que deseamos cuando lo deseamos, que a veces, aunque trabajemos duro para lograr las cosas, si no tienen que ser no van a ser. Qué gran cambio de planes, ¿no? Viajes, estudios, fiestas, celebraciones, compromisos que no tendrán lugar, por lo menos físico.
Vivimos en un mundo consumista, preocupado por tener más que por ser. Nos hemos vuelto duros ante la necesidad y el dolor del otro. Nos hemos metido de lleno en el trabajo, en la rutina y hemos dejado a un lado lo esencial de la vida; los momentos en familia, con los amigos, el disfrutar de las cosas más pequeñas, el ver la grandeza de lo simple. Hemos podido ver que no importa lo caro que pueda ser el carro que tengamos cuando todos están guardados en el parqueadero sin poder salir, ni lo fina de la ropa que tenemos en el closet si no podemos usarla… hemos buscado los medios para comunicarnos con nuestra familia y amigos, que son lo más valioso que tenemos. Porque vale más una palabra de aliento, una sonrisa, un rato en familia, un par de cervezas con los amigos que cualquier otra cosa. Hemos aprendido a sentirnos cerca a pesar de estar tan lejos.
Porque inteligentemente lo dijo El Principito, “lo esencial es invisible ante los ojos”.
3.-“La unión hace la fuerza”. Esta situación, ha golpeado fuertemente a muchas familias de escasos recursos, a muchos vendedores ambulantes, a muchos niños que solo comían en el día lo que les daban en la escuela, a muchas mamás cabeza de familia que perdieron su empleo, y es increíble ver, cómo todos (y decimos todos porque queremos creer que es así), nos hemos puesto la mano en el corazón para entender que son nuestros hermanos los que están sufriendo y necesitan ayuda. Muchas personas se han unido para llevar alimento, algo de dinero, o cualquier otra ayuda a los más necesitados. Dios nos lo dijo, “amaos los unos a los otros como yo os he amado”. Tenemos tanto cuando hay unos que tienen tan poco… es momento de abrir los ojos y pensar como un equipo. Este virus no diferencia entre razas, nacionalidades, edades, preferencia sexual, nos ataca a todos por igual. Por eso, es importante entender que estamos peleando por nada, que somos una misma humanidad y que tenemos que cuidarnos y respetarnos, todos por igual.
Creemos que nada pasa por casualidad, el coronavirus ha venido para abrirnos los ojos y las puertas del corazón, ha venido como la más grande de las lecciones, a mostrarnos que tenemos lo más valioso del mundo con nosotros y no lo vemos.
Nosotros, por nuestra parte, seguiremos trabajando desde casa, en tanto sea posible, y cuidándonos para poder salir a abrazar a las personas que amamos muy pronto.
En esta vida, todo pasa, no hay mal que dure 100 años… saldremos de esto. Pero tenemos que seguir trabajando unidos, hay mucho por aprender y solo lo haremos si estamos juntos.