La realidad que envuelve los mitos sobre los probióticos y cómo funcionan en nuestro organismo.
En los últimos años, (estimo yo que unos 4-5 años) escuchamos cada vez más y más de los probióticos. Que si curan enfermedades o nos protegen de enfermedades, que si tenemos que tomarlos y/o comerlos todos los días, entre muchas otras cosas. Como en todos los temas, el exceso de información casi siempre termina recayendo en una confusión y es por eso que quiero explicarte de la forma más clara que pude encontrar, qué son los probióticos.
Empecemos con lo básico:
¿Qué es la microbiota intestinal (MBI) ? Existen muchos tipos de microbiotas, podemos encontrar una microbiota en una laguna o en un lago, ya que una microbiota es un conjunto de microorganismos (MO). En nuestro cuerpo tenemos varias microbiotas, por ejemplo: Tenemos la microbiota del sistema respiratorio. En este caso sólo hablaremos de la microbiota del sistema digestivo que es la intestinal. El intestino es conocido como nuestro “segundo cerebro” ya que es el órgano con más neuronas después del cerebro propiamente dicho.
El intestino es conocido como nuestro “segundo cerebro” ya que es el órgano con más neuronas después del cerebro propiamente dicho.
Ahora vamos de nuevo a la MBI. Cómo ya definimos, la MBI es un conjunto de MO buenos y malos. Desde luego lo mejor es que haya más buenos que malos. Los probióticos (PRO) son los que ayudan a que nuestra MBI sea más abundante en MO buenos. Cuando no hay un equilibrio entre MO buenos y malos, hay una disbiosis. Eso no es positivo. Una MBI debe ser abundante en diferentes especies de MO buenos . Entre más diversa y equilibrada esté nuestra MBI, mayores serán los beneficios en que nuestro cuerpo será recompensado.
¿Cuáles son los beneficios de que una MBI sea diversa y esté en equilibrio?
Principalmente vamos a tener una mejoría de nuestra salud intestinal y una estimulación en nuestro sistema inmunológico. Esto es porque hay una relación entre una MBI diversa y equilibrada y un sistema inmunológico (SI) modulado. Se comunican entre ambos y si uno está bien, el otro también (en la mayoría de los casos sucede así pero no me gustaría profundizar en esto). Si hay un SI modulado la probabilidad de contraer ciertas enfermedades es menor.
Para obtener estos beneficios, necesitamos un consumo suficiente de PRO en nuestra dieta (dieta es la comida que comemos todos los días). Yo lo pienso así, los PRO son como los soldaditos que conforman el ejército llamado MBI. Otra cuestión importante es que estos PRO, se alimentan de prebióticos (PRE). Ambos, los PRO y los PRE conforman un tratamiento simbiótico.
¿Cómo tal cuáles son los beneficios del consumo de probióticos?
- Colaboran en la prevención de Diabetes Mellitus
- Colaboran con la salud bucal
- Tienen actividad antioxidante
- Previenen constipación y úlceras
- Mejoran los niveles de colesterol en sangre
- Aumentan la respuesta inmune y disminuyen las infecciones de parásitos
- Disminuyen infecciones del tracto urinario
Dónde podemos encontrar los probióticos?
- Forma vegetal: Bebidas a base de soya, kombucha, jugos de (betabel, repollo o col, piña, zanahoria, uva) deben ser naturales y hechos en licuadora de preferencia.
- Forma láctea: Bebidas a base de suero de la leche de vaca, yogurt, jocoque
¿Y los prebióticos?
En cualquier alimento con una cantidad de fibra abundante. Ejemplo granos integrales como la avena y el maíz, vegetales de todo tipo y leguminosas como frijoles, lentejas, garbanzos, etc.
Algunos mitos que se han generado acerca del tema:
- Se cree que los probióticos tienen que tomarse o comerse forzosamente para recibir sus beneficios, pero no es así
- La ingesta de probióticos es mejor en pastillas: tampoco esto es real, puedes escoger la que te venga mejor.
- No se tienen que tomar ambos al mismo tiempo, pueden hacerse en tiempos separados de comida. Por ejemplo: desayuno yogurt con avena o desayuno yogurt con frutas y en la noche como avena o frijoles.
- No necesitan tomarse en ayunas ni a ninguna hora específica del día. Puede ser a la hora que sea, los beneficios son los mismos.
Los probióticos más comunes para el consumo humano son los lactobacilos y las bifidobacterias, cualquier alimento que diga que contiene alguno de estos nombres, significa que tiene probióticos.
La mayor parte de esta información la obtuve de este artículo:
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