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TRUMP VS HUAWEI: CRÓNICA DE UN ASESINATO ANUNCIADO

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Brain Fruit, Número 2, Testnologic

TRUMP VS HUAWEI: CRÓNICA DE UN ASESINATO ANUNCIADO

Una revisión de los antecedentes y el estatus actual de la relación del gobierno de Estados Unidos con Huawei.

El 13 de agosto de 2018, el congreso de los Estados Unidos aprobó la ley nacional de autorización de defensa (NDAA por sus siglas en inglés) para el ejercicio fiscal de 2019. En ella, se especificó el presupuesto anual y los gastos aprobados para la defensa de dicho país, donde para sorpresa de muchos, se incluía la restricción contra compañías chinas tales como Huawei y ZTE. A grandes rasgos, prohíbe a cualquier entidad de gobierno hacer negocios, directa o indirectamente con esas firmas. Considerando que el presupuesto de defensa de los Estados Unidos es el más grande del mundo (casi iguala la suma de los siguientes 8 lugares), fue un duro golpe para ambas compañías, no sólo por sus participaciones como proveedores de celulares de consumo masivo, sino por sus contribuciones en el mercado de redes de telecomunicaciones. La razón provista por el gobierno americano fue que, al ser compañías chinas están “controladas por el gobierno”. Una verdad a medias, ya que no es un secreto que el actual mandatario, Xi Jinping, ha sido enfático en fortalecer y centralizar al gobierno, y de que todas las compañías están obligadas a formar un sindicato y los sindicatos deben obediencia al gobierno chino. Si bien, esta obediencia exime actividades ilegales como espionaje o actos de guerra, ha servido de argumento para que el presidente Trump, añadiera a ZTE y a Huawei a una lista de entidades, por lo cual ninguna compañía americana puede hacer negocios con ellos sin autorización explícita del gobierno.

La razón provista por el gobierno americano fue que, al ser compañías chinas están “controladas
por el gobierno”

Para ZTE, la sentencia vino desde el año pasado. La compañía simplemente no pudo subsistir sin los chips provistos por Qualcomm ni el software de Android, y salió del mercado de valores de Estados Unidos. Para Huawei, la sentencia vino este año, acompañada de una oleada controversia. Huawei, al ser una compañía mucho más grande y diversificada, despierta sentimientos de esperanza en los analistas, sin embargo, la realidad dista del optimismo. A la fecha, el software de Google, los chips de Qualcomm, ARM e Intel, las pantallas de Panasonic, e incluso la proveeduría de servicio de Vodafone y EE han anunciado dejarán de hacer negocios con la marca china.  Y aunque los ejecutivos de la firma han presumido su independencia de componentes, y el desarrollo de un nuevo sistema operativo, es difícil creer que el pronóstico será diferente. Tan sólo como ejemplo, los chips que manufactura Huawei, dependen de las patentes de ARM (sujetos por lo tanto al veto). Del sistema operativo, aunque factible, basta revisar la fallida de historia de Microsoft que, sin todos los contratiempos actuales de Huawei, se enteró a la mala de que un sistema sin soporte de aplicaciones no es útil para el cliente.

Sin duda, el gobierno americano está en una encrucijada que se nota por la prórroga de 90 días que dio a la compañía. Huawei es el principal proveedor de redes de telecomunicaciones de la red 5G americana, y sin duda un gran promotor de la competencia entre celulares de consumo masivo. Sólo el tiempo dirá el desenlace de esta historia, pero queda claro una vez más que cuando el gobierno trata de controlar el mercado, sólo el consumidor sale perdiendo.

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