La cinta presenta una premisa bastante original en donde la ciencia ficción se combina con el thriller detectivesco para ir construyendo lentamente un enigma que como espectadores ansiamos descubrir
El cine de David Cronenberg no es fácil de apreciar ya que el realizador canadiense es uno de los principales exponentes del bodyhorror u “horror corporal”, un subgénero del cine de terror en el cual se exploran los miedos de los seres humanos desde la transformación física e incluso mezcla los organismos orgánicos con la tecnología, además de trabajar la sexualidad desde parafilias; todo esto lo ha expresado en filmes como “Videodrome” (1983) o “The Fly” (1986). Su u más reciente trabajo, “Crimes of the Future” estrenada en el Festival de Cannes y traída a Latinoamérica gracias a MUBI, es una síntesis de toda su filmografía, ideas, imágenes visuales y conceptos.
El film cuenta con los protagonistas Viggo Mortensen y Léa Seydoux, quienes interpretan a una excéntrica pareja de artistas que de igual manera se relacionan sentimentalmente. Este puede ser uno de los primeros puntos de subversión de la norma que nos presenta Cronenberg, desde el primer instante nos podemos percatar que se desarrolla en un contexto futurista y en una realidad en la que pocos conceptos son como los entendemos en el mundo occidental hoy en día. Los efectos especiales son asombrosos y la escena del baile de Ear Man es una que seguramente pasará a la posteridad como una de las más memorables de la carrera del director. La música, a cargo de Howard Shore, es fantástica y consigue que las atmósferas espeluznantes y perturbadoras sean aún más efectivas.
La cinta presenta una premisa bastante original en donde la ciencia ficción se combina con el thriller detectivesco para ir construyendo lentamente un enigma que como espectadores ansiamos descubrir. Cada escena nos va acercando a la verdad, sin embargo, como cualquier filme clásico de cine negro, muchos tópicos se esconden en la oscuridad.
La naturaleza del vínculo entre estos personajes es uno de ellos, si nos detenemos en entender su relación quedaremos prendidos a un concepto vetusto. Así sucede también con las prácticas que realizan estos dos personajes las cuales incluyen el perfomance a partir de cirugías en vivo en donde se exhiben órganos nuevos creados por el cuerpo humano. Posiblemente éste sea uno de los temas medulares del film al desarrollar la transfiguración del sexo y el dolor como placer. No solo esto está enunciado por los propios personajes si no que está explícito en las imágenes, mostrándonos este mundo en el que las reglas y las prácticas han mutado, como un cuerpo en constante transformación.
“Una mirada a un futuro no muy distante que cuestiona el poder humano para evolucionar y adaptarse a un mundo que hemos destruido de forma irreversible en nuestro afán por querer jugar a ser Dios sin medir las consecuencias”
Crimes of the Future es una evolución de Cronenberg tanto en sustancia como en estilo y es quizá el trabajo con mayor potencial comercial de su filmografía en los últimos años. Una mirada a un futuro no muy distante que cuestiona el poder humano para evolucionar y adaptarse a un mundo que hemos ido destruyendo de forma irreversible, en nuestro afán por querer jugar a ser Dios sin medir las consecuencias de dichos actos. Desafiante y ambiciosa, Crimes of the Future es tan breve que desafortunadamente no alcanza a explorar cada uno de sus temas a fondo. Sin embargo, cuando lo hace, ésta golpea justo en el nervio, sacudiendo fuertemente la base de nuestra naturaleza humana y nuestras convicciones.
