Para comenzar este artículo te pregunto: ¿Sabes cuáles son las enfermedades crónico degenerativas no transmisibles?
Si no las conoces te nombro algunas a continuación: Diabetes Mellitus, enfermedades renales y hepáticas, hipertensión, enfermedades cerebro y cardiovasculares, dislipidemias como colesterol o triglicéridos altos, entre otras. Es crucial mencionar que estas enfermedades encabezan la lista
de las principales causas de muerte en el mundo.
La siguiente pregunta es ¿Cuántas personas conoces que padecen de una enfermedad crónico degenerativa no transmisible? Probablemente bastantes, sin importar tu raza, género, sexo nivel socioeconómico, cultural o cualquier otra circunstancia. Estas patologías se han vuelto cero discriminadoras y están a la vuelta de la esquina.
Un detalle que no debemos ignorar es que en el siglo pasado y en décadas anteriores, las principales causas de mortalidad a nivel mundial eran de origen transmisible (cólera, difteria, VIH, entre otras). Si analizamos esto, podemos darnos cuenta que la gente muere hoy por una razón muy distinta.
La obesidad es una de las principales precursoras de las enfermedades crónico degenerativas antes mencionadas. Asimismo, es importante mencionar que estos índices nos posicionan en los primeros lugares de obesidad en todo el mundo.
Entonces la siguiente pregunta es: ¿Qué nos ha llevado a ocupar este lugar? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las dos principales causas de este problema son la alimentación inadecuada (alimentos muy altos en calorías generalmente seleccionados de forma errónea) y la disminución de actividad física a lo largo de nuestra historia (en la actualidad nuestro nivel de actividad física ha bajado en comparación con otra época de la humanidad).
En mi opinión, la obesidad –que desencadena todas estas comorbilidades (previamente mencionadas como enfermedades crónico degenerativas no transmisibles y principales causas de mortalidad)- es una enfermedad multifactorial.
En los últimos 30 años el sobrepeso y la obesidad se han convertido en una epidemia que afecta a más del 70% de la población mexicana adulta y alrededor del 30% de la población infantil y adolescente, también de nuestro país
Si en varias ocasiones has tenido que dejar de realizar tus actividades cotidianas por una indigestión o si alguna vez has sentido que te fatigas al subir dos pisos, entonces es momento de actuar.
Te invito a reflexionar sobre tus comportamientos diarios ¿Cuántas frutas y verduras consumes al día?, ¿Cuánto tiempo de actividad física realizas a la semana?, ¿Cuál es la percepción que tienes de tu imagen corporal?, ¿Qué actividades realizas para cuidar de tu cuerpo? Esta es sólo una introducción, a lo largo de mi participación en esta revista te ayudaré a iniciar este camino de adquisición de calidad de vida ¿Me acompañas?