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¿Sabías qué, no tienes que hacer ejercicio porque comiste pizza?

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Fit my dish, Número 20, The Fit Way

¿Sabías qué, no tienes que hacer ejercicio porque comiste pizza?

Si en algún momento has decidido hacer ejercicio por que comiste algo que te hizo sentir “culpable” esta información es para ti

Si tienes ese pensamiento con alimentos como una hamburguesa, nieve/helado, o cualquier otro etiquetado generalmente como comida chatarra, debes de tener en cuenta que el hecho de comer algo que nos gusta y luego acribillarnos porque lo hicimos, no nos trae paz y tampoco es calidad de vida.

Démonos cuenta que esto solamente nos va a envolver en un ciclo sin fin: “me como unos pedazos de pizza, me siento culpable, pero no importa porque ya casi es inicio de semana y ya sólo comeré puros alimentos “saludables”, hago muchísimo ejercicio para contrarrestar mis conductas “poco nutritivas”, llega el fin de semana de nuevo pero sólo llego al viernes pues estoy deseos@ de comer por lo mucho que me he restringido, decido comerme unos pedazos de pizza al fin que siempre puedo volver a empezar el ciclo de nuevo “.

“Desde mi perspectiva profesional puedo decir que meternos en este ciclo, nos lleva directo a tener una pésima relación con la comida”

¿Te sientes identificad@ con esta historia? Muchos de mis pacientes sí. Y desde mi perspectiva profesional puedo decir que meternos en este ciclo, nos lleva directo a tener una pésima relación con la comida. Desafortunadamente, una vez que estamos ahí, es mucho más complicado salir. Por eso sugiero ni siquiera iniciarlo.

Claro que el problema no es comer pizza ni hacer ejercicio , no hay que confundirnos. El problema es cómo lo hacemos , las intenciones con las que comemos y con las que practicamos cualquier tipo de actividad física. Si vamos a correr, andar en bicicleta o a nadar pensando en que queremos “quemar” ese alimento que nos comimos. Esto provoca que en vez de que hagamos ejercicio porque nos gusta , lo practiquemos como una forma de compensación y eso desde luego se vuelve tedioso . La actividad física jamás debe ser una razón para castigar a nuestro cuerpo. Debe disfrutarse y hacerse con la mera intención de relajarnos, liberar algo de estrés, distraernos, entre otras razones…

“Esto provoca que en vez de hacer ejercicio por gusto lo practiquemos como una forma de compensación y eso desde luego se vuelve tedioso”

Pensemos en cuánto tiempo invertimos en hacer cosas que no nos gustan. Principalmente las que hemos tergiversado cambiando su propósito. Sobre todo no porque de inicio sean nocivas o aburridas, si no porque estamos decidiendo etiquetarlas como tal. Creo firmemente que el ejercicio es una de estas actividades a la que le hemos cambiado su verdadero propósito y eso, como lo dije anteriormente, no colabora en nuestra calidad de vida. 

Liberemos al ejercicio y quitémosle esa etiqueta de “TENGO QUE hacerlo porque comí algo que no debía”

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