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¿Cómo afecta el metano a nuestra salud?

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¿Cómo afecta el metano a nuestra salud?

El metano (CH4) es un gas de efecto invernadero (GEI) que además de agravar la crisis climática. La quema y explotación de hidrocarburos genera emisiones de metano y esto afecta la calidad del aire y la salud de las personas puesto que: Es un precursor de otros contaminantes atmosféricos como el ozono y, porque al quemarse se emite carbono negro, que es uno de los componentes de las partículas PM2.5 altamente nocivas para la salud.

“El metano es un gas de efecto invernadero que agrava la crisis climática. La quema y explotación de hidrocarburos genera emisiones de metano y esto afecta la calidad del aire y nuestra salud”

La mayoría de la gente piensa que el metano es un gas natural que se extrae de los depósitos bajo tierra, pero existen muchas otras fuentes naturales y relacionadas con el ser humano, como los pantanos, el permahielo, los océanos y otros cuerpos de agua dulce, los incendios forestales y los procesos digestivos de algunos insectos y animales, además de la agricultura y la gestión de los residuos.

Al interactuar con la luz solar, el metano favorece la formación de ozono a nivel del suelo (O3). El ozono que se encuentra en las capas inferiores de la atmósfera provoca graves impactos en la salud, tales como:

-Irritación de las vías respiratorias.

-Complicación de cuadros de asma.

-Sensación de ardor y dificultad para respirar.

-Disfunciones pulmonares e incluso muertes prematuras.

-La alteración de la respuesta del sistema inmunológico, mermado su capacidad para responder a enfermedades como el COVID-19, que afecta principalmente al tracto respiratorio.

Cuando se quema metano, se emite carbono negro, que es uno de los componentes de las partículas PM2.5, que: Son 30 veces más pequeños que un cabello humano, por lo que no se pueden filtrar ni retener de forma natural en la nariz e incluso pueden ingresar a los pulmones.

Se consideran el contaminante del aire asociado con mayor frecuencia a: Enfermedades cardiovasculares, respiratorias y pulmonares, incluido el cáncer de pulmón. Es uno de los contaminantes de mayor preocupación por su alta presencia en las ciudades.

¿QUIÉNES SON LOS MÁS VULNERABLES A ESTAS EMISIONES CONTAMINANTES?

Niños, adolescentes, adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas o afecciones respiratorias previas (como asma).

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Exigir al gobierno que regule las emisiones de metano de los hidrocarburos y así mismo pedir que se le brinde el seguimiento a dichas emisiones, recalcando la producción y difusión de información oportuna a la población sobre la calidad del aire.

El metano no es tóxico y no es peligroso si se inhala en pequeñas cantidades; sin embargo, si una gran cantidad de gas natural o metano desplaza el aire, la falta de oxígeno podría causar asfixia. De igual manera puede ser inflamable si se mezcla con el aire en ciertas concentraciones (4.5 a 15 por ciento) y donde hay una fuente de ignición.

Es importante que todas las actividades que realiza el ser humano y que pueden contribuir a emitir metano en la atmósfera se realicen de forma que estas emisiones se reduzcan. Por ejemplo, se pueden desarrollar procesos para capturar el metano que de otro modo se liberaría a la atmósfera y usarlo como combustible. En particular, el metano de las plantas de tratamiento de aguas residuales o de las lecherías puede capturarse y usarse como combustible para reducir la cantidad de metano que entra en la atmósfera, y además disminuye la dependencia de los combustibles fósiles.

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